PODER SOCIAL DE LA CONTABILIDAD
Durante muchos siglos la humanidad ha desarrollado un lenguaje especial que se ha hecho común para todos en cualquier parte del mundo: La Contabilidad. Hemos llegado, en parte, gracias a este sistema de comunicación global a un grado de desarrollo que los antepasados no hubieran soñado jamás. Paralelamente a ese desarrollo al que corremos de la mano de los procesos contables, corre la otra parte del mundo, esa que vive una realidad cada vez más difícil en todos los aspectos, esa parte a la que llamamos sociedad. La contabilidad debe empezar a hablar otro lenguaje que sea común y que trabaje para mejorar las condiciones de esta sociedad a la que nos referimos.
La realidad actual de todos los sistemas económicos no puede estar basada sólo en informes contables. Las grandes empresas y los grandes dirigentes de la economía saben muy bien que aunque a la hora de hacer dinero son estos informes lo que cuenta, no se puede depender de ellos. Los informes financieros no producen dinero ni lo multiplican, es la gente, con su inversión, la que hace que sus empresas sean efectivas y exitosas, que sus arcas estén siempre rebosantes. Por tanto, el impacto que tiene el sistema económico en la vida de la gente común no puede pasar desapercibido, las decisiones que afectan a las comunidades, se toman teniendo siempre en cuenta el factor presupuestal. Empezamos a hablar de responsabilidades sociales y de contabilidad social, entonces, para la contabilidad actual la responsabilidad social debe ser definitiva para la construcción de una sociedad en la cual las decisiones deben ser examinadas en relación con los efectos que tiene sobre los distintos grupos directamente afectados o sobre todo de la sociedad y no sólo en la medida de la producción de recursos.
Una ciencia que se desarrolló para beneficio y progreso del hombre no puede ser la causante de su misma decadencia. No puede ser la ciencia y sus aplicaciones las responsables de la inconsciencia social disfrazada en la que vivimos. La ocasión para afectar positivamente este fenómeno, se presente en todos los campos del conocimiento, desde los teóricos en el diseño de la normatividad y funcionalidad de un campo del saber, hasta el empleado que técnica y monótonamente aplica esos conocimientos. La pregunta en este caso sería, ¿qué en concreto se puede hacer desde la Ciencia contable para influir positivamente una realidad social como la que vivimos en Colombia?
La contabilidad, sabemos no es propiamente economía aplicada, la teoría contable tiene su legitimidad propia y se aferra a otras ciencias para ejecutar sus propósitos de comunicar una realidad financiera que nos ata. Al igual que todas las ciencias “puras” necesita herramientas ajenas a sí para desarrollarse. Por ejemplo la física, ¿Dejaría de ser ciencia pura por utilizar herramientas matemáticas para su desarrollo y para su aplicación? O, ¿Qué sería de las ciencias naturales sin las herramientas que ofrece la tecnología? Ninguna ciencia existe sola. Es totalmente ilógico que se pretenda pasar a una segunda categoría la contabilidad poniendo por encima de ella la economía, la administración o cualquier otra área. Acaso, ¿Aquellas no echan mano de las herramientas contables para llevar a cabo su labor? Así pues, la conclusión lógica sería que ninguna ciencia puede desarrollarse con sus únicas herramientas, tampoco debe obedecer a un único propósito, de ser así habría que revisar si ésta si es útil y necesaria a la humanidad. La filosofía de vida actual es precisamente “o sirve para mucho, o no sirve para nada”
En el mismo sentido como todas estas ciencias “puras”, las ciencias sociales son multifacéticas por decirlo de alguna manera. Tan complejas como el hombre mismo, porque estudian precisamente los comportamientos, los ambientes en que el hombre se desenvuelve y como lo hace. Es gracias a ciencias como la Sociología, que sabemos los grandes desarrollos que ha tenido el pensamiento del hombre, como ha mejorado su calidad de vida, su forma de conseguir el sustento diario y muchos de sus progresos, sin embargo esto tampoco se podría sin la combinación de conocimientos provenientes de varias ciencias..
Las implicaciones de la contabilidad en lo social vienen en el sentido de que sus problemáticas no se pueden expresar en un lenguaje único por más sistemas contables unificados que existan. La contabilidad y todo el lenguaje económico se ha convertido tanto en una necesidad como en una cultura. Ahora, desde los grandes magnates del capital hasta las personas de menos conocimientos académicos o de menor capacidad económica, esta viviendo en un mundo contable, en un mundo que todo lo expresa en cifras de moneda. Todo gira alrededor de la contabilidad. Los grandes desarrollos tecnológicos, las competencias comerciales internacionales, el funcionamiento del estado, los presupuestos, la disminución de salarios, el cierre de los hospitales, el mercado accionario, las partidas, las regalías, el costo de la canasta familiar, la dotación de la escuela de la vereda, la ruta para el barrio, la cita médica del abuelo. La elección sobre quien tiene derecho a ser atendido si se enferma: un político o un mendigo, se toma de acuerdo a su capacidad de pago, de acuerdo al presupuesto no a la caridad humana y en primer lugar no debería existir esa selección, pero la hay, todo gira alrededor de un lenguaje contable que todo lo controla. Este es un control inteligente, si es permitido darle algún calificativo, y lo es porque no lo percibimos realmente en la vida diaria. Estamos tan metidos en esta cultura que como el avestruz tenemos la cabeza bajo tierra cuando se trata de hacer alguna crítica efectiva sobre el asunto a quienes verdaderamente tienen el poder y lo ejercen.
Si la contabilidad tiene semejante poder y este poder es dictado a favor de quienes tienen los grandes intereses o en contra de los otros comunes y corrientes, los que producen los informes y tienen la capacidad de dar la información y manejarla según le convenga; entonces para ellos tampoco debería ser ajeno al impacto social que tiene, pues sus intereses se basan precisamente en el modo de vida de los comunes y corrientes.
La capacidad de los teóricos de reconfigurar la teoría de la contabilidad para dirigirla no a la dominación de la realidad si no a la consecución de objetivos de bienestar social generalizado debe ponerse a funcionar.
El tiempo invertido de los críticos para definir la naturaleza de esta área de conocimiento, si es ciencia, arte, saber o no sé tal vez quieran ponerle un nuevo nombre, convendría invertirlo en preguntarse como la teoría contable refleja la realidad social que crea y como esa misma teoría, cuando se aplica, puede afectar positivamente los efectos que ella misma produce. En la concepción de los problemas que son borrosos vistos a las luces de una sola perspectiva, podrían verse claros desde una óptica interdisciplinaria que se fusione para hacer suya una problemática social que desencadena y nos atañe a todos.
Está de moda hablar de cosas como la contabilidad ambiental, la valoración y la medición contable del aire, del agua, de los recursos que la naturaleza nos brinda, la pobreza, la vulneración de los derechos fundamentales, la violencia tan indeseable, los conflictos, la cojera eterna de la justicia y muchos temas sin tiempo. Estos temas no pueden seguir siendo sólo la moda al conversar, son aspectos que desde la investigación contable se puede contribuir generando propuestas para su manejo.
Adoptar una postura crítica y positiva en vez de una postura pasiva, indiferente o controladora y posesiva como la tradicional, esto haría la diferencia para que la contabilidad pueda atender afectivamente y a satisfacción las necesidades de manejo, de administración, de convivencia, de distribución de riquezas.
El poder del cambio se da en dos partes: una en los investigadores contables., en quienes generan los principios que la comunidad económica mundial acepta. Esta primera como ya lo hemos visto corresponde a los teóricos pero no sólo contables, sino a todos. El cambio en la manera de pensar y de convivir tiene que darse desde todas las áreas. Es un proyecto bastante ambicioso conociendo el egoísmo que tenemos como raza humana, pero tampoco puede ser un sueño que se evapora en el aire. La otra parte se da en los poderes, en los grandes capitales que se engrosan a costa de un futuro nada alentador incluso para sus propias arcas. Se ha vuelto común escuchar acerca de los grades esfuerzos mancomunados entre instituciones y países para determinada obra. Son millones de personas que dependen de las decisiones financieras y contables que son tomadas en la élite de la economía mundial. Mejorar la calidad de vida de estos millones de personas también son decisiones que se debería empezar a tomar desde estos estadios.
Por. Yury Rojas
